Receta de croissant francés elaborado en tu propia cocina

Hablar de croissants es evocar a Francia, a sus pequeños e íntimos cafés, a sus escaparates que contagian sabor y atrapan al paseante.   El croissant y Francia, especialmente París, están tan unidos en la gente que con solo mencionar el bizcocho, la imagen del país es instantánea. Sin embargo, la historia dice que el croissant nació en Austria, en Viena. La leyenda explica que lo inventaron los panaderos para celebrar la resistencia a la invasión otomana en la que fueron protagonistas.  En momentos en que los otomanos preparaban una silenciosa entrada en Viena, los panaderos, trabajadores nocturnos siempre, dieron la voz de alarma.  Y de esta manera el intento se truncó. Para festejar, los panaderos elaboraron un pan en forma de media luna, que es el antepasado del croissant.

Se dice que  más tarde, un panadero austríaco abrió una panadería vienesa en París. Y allí se instaló el croissant que se reinventó en Francia.  La receta austríaca ha vivido una evolución producto de sucesivas modificaciones. De esta manera el croissant francés, hojaldrado y tan especial, comenzó su reinado. Para facilitar las cosas y fomentar la repostería casera, aquí te presentamos una receta para elaborar el legítimo croissant francés en el hogar.

Ingredientes:

¿Cómo se elabora esta receta de croissant francés?

1. Disolver la levadura en agua tibia y agregar un poco de harina. Mezclar y dejar fementar unos 15 minutos.
2. En un bol se colocan 100 gramos de mantequilla a punto de pomada, el azúcar y la sal, y se trabaja con las manos para integrar.
3. Se incorporan los huevos y el resto de la harina
4. Se unen todos los ingredientes y se amasa hasta formar una masa lisa y homogénea.
5. Se deja en reposo unos 40 minutos en la nevera.
6. Se estira formando un rectángulo
7. Encima, se distribuyen los 200 gramos de mantequilla blanda y se envuelve la masa con la manteca dentro como si fuera un paquete.
8. Se aprieta bien  con las manos.
9. 9- Se estira nuevamente. Se hacen cuatro pliegues con intervalos de 20 minutos entre vuelta y vuelta.
10. Se extiende la masa en forma de rectángulo y se cortan bandas de 12 cm aproximadamente.  Se dividen las bandas en triángulos y se enroscan desde la base.
11. Se dejan fermentar a temperatura ambiente, hasta que doblen el volumen.
12. Se pintan con huevo batido y se llevan a horno de unos 180º, durante 25 minutos.
13. Al sacarlos, se riegan con almíbar y se dejan enfriar.

Ya tienes la receta, ahora es momento de entrar en acción. Sorprenderás a tu familia y amigos con estos riquísimos croissants para el desayuno o la merienda.  Si te agradan rellenos,  puedes rellenarlos con crema de chocolate o nata batida.